sábado, 27 de abril de 2019

Pensamientos II


Pensamiento, sentimiento, acción. Así se entiende lo que Pablo Apóstol quiso decir cuando expresó; “El hombre es un ser tripartito”.

“Nacer de nuevo” es cambiar significados de la vida mecánicamente adquiridos, por otros significados adquiridos desde la propia comprensión y voluntad.

Si uno aprende a recordarse a sí mismo, aún en una pequeña medida, descubre que se encuentra en mejor relación con las cosas de la vida corriente.

No todas las falsas personalidades son violentas o depresivas. Algunas son muy divertidas y de un modo muy divertido, mantienen sumido a un hombre en el sueño más profundo.

Adquirir nuevo conocimiento no es necesariamente conocer algo nuevo. Es conocer correctamente lo que se conoce de una manera enteramente equivocada.

La vida de muchas personas consiste casi exclusivamente en hallar algo equivocado en todo lo que ven u oyen. Debido a sus actitudes mentales adquiridas que juzgan todo de esa única manera, les es imposible experimentar otra cosa más que emociones negativas.

No hay personas tristes. Hay personas con puntos de vista tristes.

El desarrollo de la consciencia comienza en la mente porque es la única que puede transmitir este conocimiento a los otros centros.

Recordarse a sí mismo es recordar la necesidad de la consciencia.


Nunca hemos pensado en la vida como en algo en lo que había que pensar. Hemos dado por sentado que era tal como se nos dijo que era.

Al adoptar inconsciente e involuntariamente los puntos de vista de otras personas vivimos la vida que ellas han vivido.

En nuestros enojos cotidianos se encuentra la base de nuestra mecanicidad.

¿Está seguro de que si todos fueran como usted el mundo sería un lugar feliz?

 Todos tenemos un espíritu, pero no lo usamos.

Un hombre cómodo convierte su vida en algo muy incómodo al esforzarse en que todas las cosas se acomoden a su comodidad.

Ser inteligente en el sentido de este sistema, es no otorgar ninguna importancia al hecho de comprobar que otras personas están equivocadas.

Si pensamos que el hombre apareció en la Tierra por una mutación accidental de una especie animal, podemos decir que sabemos qué es el hombre, pero cuando pensamos en la posibilidad de que tal vez vino de afuera de la Tierra, podemos llegar a sentir que lo ignoramos.

Para este sistema, el hombre no es un ser plenamente desarrollado, sino un ser en vías de desarrollo. Por eso dijo Cristo “el hombre es una casa sin terminar”.   



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