martes, 30 de abril de 2019

La enseñanza esotérica


A todo lo largo de la historia conocida, y tras la fachada de las civilizaciones a las que esta historia se refiere, se encuentran huellas de la presencia de la enseñanza esotérica, también llamada La Palabra o Verbo, oculta bajo las diferentes formas que ella ha asumido en el transcurso de las edades.
Estas huellas están presentes en antiguos manuscritos, en monumentos, en tradiciones orales, fábulas y mitos de los más diversos pueblos de la Tierra. Para todo hombre que es capaz de sentir algo del hondo significado de esta enseñanza, el descubrimiento de sus ideas en documentos escritos hace miles y miles de años, incluso por pueblos separados por grandes distancias geográficas y sin ninguna relación entre sí, es una experiencia de una sorprendente fuerza emocional.
Cualquiera que haya tenido la ocasión de la experiencia de este descubrimiento, dicha experiencia constituye una prueba incuestionable de que este sistema que estamos estudiando y cuyo entendimiento y comprensión nos esforzamos por alcanzar, tiene su origen en una remotísima y desconocida etapa de la historia de la humanidad, historia que es mucho más extendida en el tiempo de lo que ordinariamente se acepta.
Esto significa que este Trabajo no es un compendio de nuevas ideas concebidas por alguna mente brillante en este siglo o en el precedente, sino que es una adaptación a las peculiaridades de la cultura contemporánea, de un conocimiento que viene siendo impartido desde un remotísimo pasado, y que siempre ha transmitido una sola y misma idea; la idea de que en los hombres existen ciertas facultades interiores, espirituales o psicológicas qué, de ser desarrolladas, les permitiría alcanzar un bien mejor que aquel que tienen al presente.
Pasando de maestros a discípulos destacados, esta enseñanza se ha transmitido de generación en generación a través de las edades. Algunos hombres han sentido la profundidad de su mensaje y la han tomado como guía de conducta para sus vidas. Otros la han ignorado y algunos hasta la han adulterado para que su mensaje no llegase a los hombres en su pureza original. 
En la larga cadena de las civilizaciones, hubo momentos en la historia en que esta enseñanza, como un río subterráneo, ha discurrido oculta a los ojos y oídos de los hombres. Fue en esos períodos históricos en que el más crudo materialismo trató por todos los medios a su disposición por hacerla desaparecer, pues esta enseñanza y sus ideas siempre han sido consideradas como indeseables por los poderes temporales del mundo.
Hubo una época en que la humanidad era muy pequeña y las escuelas esotéricas eran muy grandes. Hoy las cosas han cambiado; la humanidad es muy grande y las escuelas son muy pequeñas. Pero pese a todas las adversidades, a todas las oposiciones, esta enseñanza continúa viva y ha mantenido encendida la lámpara de antigua luz de la eterna sabiduría para iluminar con ella las oscuras tinieblas interiores de los hombres.
Como se dice más arriba, algunos hombres, en esta época de barbarie tecnológica, de pérdida de todo sentido de lo superior, muchos la desecharán para ir detrás del poder terrenal.
Sin embargo, lo real, lo verdadero, es que el poder terrenal de los hombres por más grande que sea termina derrumbándose pues “La gloria del hombre es como la flor de la hierba; la hierba se seca y la flor se cae, más la Palabra de Dios permanece para siempre”.







domingo, 28 de abril de 2019

¿Comienzo o Recomienzo?




Jamás se ha podido observar a un pueblo en estado salvaje puro. Aún los pueblos más primitivos que es posible estudiar al presente, poseen una lengua y rudimentarias formas de simbología gráfica.

Al mismo tiempo, los resultados de las investigaciones de la mitología comparada permiten comprobar que todos esos pueblos conservan tradiciones orales acerca de una antiquísima edad heroica en la cual, invariablemente, los hombres de ese período legendario habitaban en ciudades fabulosas, y eran poseedores de poderes extraordinarios y de armas de un asombroso poder devastador. 

Por lo general, todos estos relatos quedan sin esclarecerse y son dejados de lado por considerárselos como simples ficciones, pero la llamativa coincidencia respecto a la existencia de edades de oro en las narraciones procedentes de pueblos con costumbres y usos muy diferentes y a menudo separados por grandes distancias geográficas, deja entrever la probabilidad de que en realidad estos relatos se refieren a una crónica sobre una extinta civilización anterior provista de un alto grado de desarrollo científico y tecnológico.

La prehistoria no puede considerarse ya como una etapa de pleno salvajismo del hombre. El estudio de los vestigios de la llamada Edad de Piedra, nos muestra la existencia de un arte religioso dotado de una inesperada y sorprendente fuerza psicológica que de ninguna manera puede atribuirse a un período inaugural de la humanidad en estado de barbarie absoluta.

El hecho de que las obras artísticas del período paleolítico muestren evidencias de una neta superioridad sobre las del neolítico, puede ser un indicio de que las obras del período paleolítico conservaran una mayor influencia de una precedente civilización por su proximidad histórica al momento de su desaparición.

Desde este punto de vista, es altamente probable que la historia de la humanidad sea mucho más larga de lo que oficialmente se reconoce, y por lo tanto, lo que hoy se considera como prehistoria, sea en realidad, no el principio de la humanidad actual, sino los restos de la decadencia y ruina de una humanidad anterior.
Esto es algo para pensar.



sábado, 27 de abril de 2019

Pensamientos II


Pensamiento, sentimiento, acción. Así se entiende lo que Pablo Apóstol quiso decir cuando expresó; “El hombre es un ser tripartito”.

“Nacer de nuevo” es cambiar significados de la vida mecánicamente adquiridos, por otros significados adquiridos desde la propia comprensión y voluntad.

Si uno aprende a recordarse a sí mismo, aún en una pequeña medida, descubre que se encuentra en mejor relación con las cosas de la vida corriente.

No todas las falsas personalidades son violentas o depresivas. Algunas son muy divertidas y de un modo muy divertido, mantienen sumido a un hombre en el sueño más profundo.

Adquirir nuevo conocimiento no es necesariamente conocer algo nuevo. Es conocer correctamente lo que se conoce de una manera enteramente equivocada.

La vida de muchas personas consiste casi exclusivamente en hallar algo equivocado en todo lo que ven u oyen. Debido a sus actitudes mentales adquiridas que juzgan todo de esa única manera, les es imposible experimentar otra cosa más que emociones negativas.

No hay personas tristes. Hay personas con puntos de vista tristes.

El desarrollo de la consciencia comienza en la mente porque es la única que puede transmitir este conocimiento a los otros centros.

Recordarse a sí mismo es recordar la necesidad de la consciencia.


Nunca hemos pensado en la vida como en algo en lo que había que pensar. Hemos dado por sentado que era tal como se nos dijo que era.

Al adoptar inconsciente e involuntariamente los puntos de vista de otras personas vivimos la vida que ellas han vivido.

En nuestros enojos cotidianos se encuentra la base de nuestra mecanicidad.

¿Está seguro de que si todos fueran como usted el mundo sería un lugar feliz?

 Todos tenemos un espíritu, pero no lo usamos.

Un hombre cómodo convierte su vida en algo muy incómodo al esforzarse en que todas las cosas se acomoden a su comodidad.

Ser inteligente en el sentido de este sistema, es no otorgar ninguna importancia al hecho de comprobar que otras personas están equivocadas.

Si pensamos que el hombre apareció en la Tierra por una mutación accidental de una especie animal, podemos decir que sabemos qué es el hombre, pero cuando pensamos en la posibilidad de que tal vez vino de afuera de la Tierra, podemos llegar a sentir que lo ignoramos.

Para este sistema, el hombre no es un ser plenamente desarrollado, sino un ser en vías de desarrollo. Por eso dijo Cristo “el hombre es una casa sin terminar”.   



viernes, 26 de abril de 2019

Aproximación a la Oración del Señor o Padre Nuestro


Padre nuestro que estás en los Cielos. Esta frase parece referirse a que el “Padre”, esto es, el origen, la causa, el principio, está en alguna parte que no es la Tierra. La imagen de Cielos nos remite a categorías superlativas de entendimiento y comprensión, a la idea de algo más grande que nosotros mismos y qué, como tal, está fuera de la Tierra, a nivel del Sol o la Vía Láctea; a la idea de que nosotros y nuestros padres, somos hijos de un padre más grande.

Santificado sea tu nombre. “Santo” significa apartado. “Apartar” significa diferenciar, distinguir. “Nombre”cuyo significado corriente es apellido, alias, etc., significa también autoridad, facultad y ciencia. “Santificar el nombre del Padre” podría significar, diferenciar, distinguir lo que proviene de su autoridad, facultad y ciencia, de toda otra autoridad, facultad o ciencia. 

Venga a nosotros tu reino. “Venga”del verbo venir, significa querer que algo se manifieste, comparezca o revele su existencia. “Nosotros” significa los que estamos y somos. “Reino” tiene el sentido de gobierno, mando y guía. “Venga a nosotros tu reino” significaría una expresión de deseo de la necesidad de que se manifieste, comparezca o se revele la existencia del gobierno, el mando, la guía del “Padre”, del origen, causa o principio, a los que estamos y somos en un lugar en oposición a Los Cielos, es decir, a los que estamos y somos en la Tierra, a los hombres, a toda la humanidad.

Hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo. Expresamente da a entender que la voluntad o el orden concebido por una Mente Superior o Dios, no se hace en la Tierra. Es una expresión de deseo de que los hombres, en algún momento, comiencen a actuar desde ideas provenientes de un nivel superior de comprensión y no desde ideas de un nivel inferior, tal y como viene aconteciendo desde tiempos remotos. 

El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Se sugiere la necesidad de la importancia de que cada día de nuestras vidas, nos alimentemos interiormente, psicológicamente, del conocimiento, ciencia o enseñanza superior, que es aquí comparado con el pan, y obtener así las fuerzas necesarias para continuar trabajando contra nuestra mecanicidad adquirida.   

Perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Parece ser una expresión de certidumbre de qué, cuando hayamos comprendido que nadie es consciente de sus actos, y hayamos cancelado completamente nuestros cargos internos, los efectos negativos de nuestros propios actos inconscientes, no recurrirán en nosotros cuando entremos otra vez a la vida de los sentidos a través del círculo del tiempo.

Y no nos dejes caer en la tentación. “Tentación” es sinónimo de seducción. “Caer en la tentación” podría referirse, en términos del Trabajo, a identificarse nuevamente con las ideas de la vida ordinaria cuando ya se había comenzado a pensar desde ideas de un nivel superior; a abandonar el Trabajo cuando ya se había entendido la urgencia de trabajar; a dejar de hacer esfuerzos después de haber comprendido la necesidad de hacerlos.

 Más Líbranos del Mal. Puede entenderse como la necesidad de recordar de buscar ayuda en las ideas superiores, cuando se está en peligro de ceder a aquello que es la causa de la tentación de incurrir en actos mecánicos, en actos inconscientes; la falsa personalidad y su falso Yo.  

Porque tuyo es el Reino, el poder y la Gloria, por los siglos de los siglos. Es la afirmación de que el gobierno, mando o guía, pertenece legítimamente a niveles superiores de entendimiento, comprensión y conciencia.   


domingo, 21 de abril de 2019

Pensar de una manera nueva


Este sistema nos dice que tenemos que pensar de una manera nueva, pero no nos dice qué debemos pensar y qué no debemos pensar.
Este Trabajo es un método, no es un dogma. Se limita a decirnos que averigüemos sobre la base de los hechos si pensamos de una manera correcta, esto es, si nuestra manera de pensar nos ha conducido a buenos resultados en la vida.
Es preciso aclarar que no me refiero aquí al éxito obtenido en la vida, sino a las relaciones con nuestros semejantes.
Los hechos se encuentran en nuestro pasado. Allí es donde se encuentran los resultados de nuestra actual manera de pensar.
Debemos estudiar nuestro pasado y hallar esos hechos, estudiar no lo que nos hicieron y cómo nos lo hicieron, sino qué hicimos nosotros y cómo lo hicimos.
 Como muchos de ustedes ya saben, cuando se le pide a una persona que estudie su pasado, lo que generalmente se obtiene es una larga exposición de sufrimientos que los otros le hicieron experimentar, pero no suele existir la menor mención acerca del sufrimiento que ella misma causó a otras personas.
No obstante, suele haber casos en que las gentes reconocen que en el pasado actuaron mal con algunas personas, pero alegando como justificación que si actuaron así se debió a que el comportamiento de esas personas fue la causa de su reacción negativa.
En otras palabras, todos hemos sido siempre buenas personas y si alguna vez hemos hecho el mal es porque fuimos obligados a ello.
Con un punto de vista semejante no es de extrañar que la memoria que tenemos de nuestro pasado sea una sucesión de recuerdos de haber sido víctimas inocentes de la maldad y la incomprensión de los otros.
Entonces lamemos nuestras heridas y lloramos por la desgracia de haber nacido en un mundo de gente malvada.
Ahora bien. Una seria observación de sí puede mostrarnos otro aspecto de nuestro pasado y de nosotros mismos actuando en ese pasado de un modo enteramente diferente al que se conserva en nuestra memoria mecánica.
La práctica del Trabajo nos conduce a obtener fotografías psicológicas de lo que uno verdaderamente ha sido por años y años.
Ciertamente ver esto produce un choque emocional. Comenzar a verlo nos hace comprender que este Trabajo no es algo que pueda tomarse a la ligera.
Sin embargo, la comprensión de eso que se ve acerca de uno mismo a través del estudio del propio pasado no es algo peligroso, a condición de recordar que no nos pertenece, ni nos ha pertenecido jamás.
Como es sabido por los que están en esta enseñanza, todo lo que hacemos en el presente y todo lo que hemos hecho en el pasado, es el resultado de ciertos puntos de vista implantados en nuestras mentes por medio de cierta clase de educación sin conciencia alguna de nuestra parte acerca de lo conveniente o no conveniente de utilizarlos como una guía de comportamiento en nuestras relaciones con las demás personas.
Es importante tener esto siempre presente, porque si se incurre en el error de considerar que todo lo que se observa en uno mismo le es propio, es decir, considerándolo como "Yo hice esto", puede llegar a encontrarse realmente en una muy difícil situación.
Por el contrario, si recuerda que no le pertenece, que es algo adquirido, no diré que resultará fácil, pero sin duda alguna que podrá sobrellevarlo.
Ahora bien. El Cuarto Camino nos dice que debemos ser sinceros con nosotros mismos o lo que es igual, tener el valor de separar las ilusiones de los hechos.
 Es muy duro perder ilusiones, en particular, acerca de uno mismo.
Sin embargo, la pérdida de ciertas ilusiones sobre nosotros mismos puede permitirnos comprobar que podemos ser mucho más de lo que esas ilusiones nos hacen ver.
Según la experiencia, si hay trabajos difíciles en este mundo, este es posiblemente el más difícil de todos, pero al mismo tiempo es también el más piadoso, porque jamás ha permitido que un hombre tenga que soportar más de lo que es capaz de soportar.
Por último, no es preciso renunciar a todas las ilusiones. Es preciso renunciar sólo a aquellas que los hechos de la observación de sí nos demuestren que no es bueno para nosotros seguir aferrándonos a ellas.


La vida externa y el trabajo sobre sí


En este Trabajo se dice que debemos aprender a tener puntos de vista correctos sobre los acontecimientos externos. 
Debemos aprender a juzgarlos sin ponernos a favor o en contra sino desde su conexión con nuestro posible desarrollo.
En cualquier momento ciertos acontecimientos externos en una escala muy grande pueden afectar toda nuestra vida. Pueden ser acontecimientos políticos, económicos, financieros o militares o una conjunción de todos estos acontecimientos.
Ahora mismo, seamos conscientes de ello o no, están ocurriendo grandes cambios en el mundo que incidirán en nuestra vida de un modo u otro. Es de esperar que haya personas que verán esos cambios de una manera optimista y otras que los verán de una manera negativa.
De todos modos, eso no alterará las cosas, porque cuando se es positivo hacia algo, se es negativo a todo lo que se opone a eso que se considera positivo y viceversa.
Un justo punto de vista sobre los acontecimientos de la vida social debe fundarse sobre cierta comprensión de su utilidad o inutilidad para la evolución de sí, esto es, para el desarrollo de la conciencia.
Esto no significa ser indiferente a lo que suceda en el mundo pues hay muchas cosas en esta época que es imposible que no nos preocupen.
Pero al no considerarlas como determinantes para nuestra posible evolución, podemos no identificarnos con ellas hasta el extremo de que nos hagan perder el rumbo. Por otra parte, es preciso comprender la inevitabilidad de ciertos acontecimientos.
Así como en nosotros hay muchas cosas que están equivocadas, también en los acontecimientos de la vida externa hay muchas cosas que están equivocadas y tanto los que dirigen esos acontecimientos como los que no pueden hacer otra cosa que limitarse a sufrir sus efectos viven una vida irreal y en este sentido, debemos entender que la casi totalidad de lo que acontece en la vida es irreal.
Por medio de esta enseñanza podemos aprender a determinar qué es trascendente y qué no es trascendente, a definir el bien y el mal del mundo de acuerdo con nuestro Trabajo. Los sucesos desmesurados, los sucesos gigantescos pertenecen a la escala de la vida externa.
Nuestro Trabajo pertenece a otra escala enteramente diferente y no ocupa un lugar desmesurado ni gigantesco en la vida ordinaria. Por el contrario, su lugar en la vida cotidiana de las gentes es prácticamente insignificante, pero, al mismo tiempo, es lo más significativo e importante para aquellos que lo valoran.
Necesitamos entender que lo que hoy es progreso, mañana puede ser decadencia, que lo que hoy es orden en cualquier momento puede trocarse en salvajismo y barbarie, porque los acontecimientos del mundo están en manos de personas que no piensan desde lo que enseña este Trabajo.
Si ciertos acontecimientos tornan imposible la vida habitual, la escuela se torna imposible. Es una gran equivocación pensar en los momentos actuales como si fuesen iguales a otros momentos de la Historia.
Ahora existen dificultades excepcionales, obstáculos que no existieron en otras épocas y hasta donde es posible ver, no puede esperarse otra cosa que un incremento de las dificultades.
Sin embargo estas dificultades no podrán desarrollarse más allá de cierto grado, porque cuando se trascienden ciertos límites un proceso de aumento de dificultades se vuelve algo imposible. Entonces el proceso se destruye. Si en el momento de la destrucción estas dificultades abarcan una escala muy grande de la vida ordinaria, la destrucción de la vida será equivalente a esa escala.
Por esta razón es que no debemos creer que lo que hoy no hacemos, lo podremos hacer mañana, porque tal vez mañana no se pueda hacer o haya que hacerlo en condiciones extremadamente difíciles.  


                             


Sobre el cambio de sí


El Ser de un hombre es su estado interior o psicológico.

El Ser de un hombre dormido es su estado de pluralidad de puntos de vista o yoes, que en su mayoría se contradicen entre sí.

Con este ser es muy difícil adquirir un conocimiento como un todo orgánico porque será tomado por diferentes partes de ese ser y cada parte lo juzgará a su manera debido a lo cual este conocimiento en ese ser carecerá de aceptación unánime.

Pero si uno adquiere un Yo único, no habrá contradicciones y será más fácil adquirir más conocimiento y comprensión porque todas las partes que componen la unidad tendrán el mismo propósito; entender más y comprender más de ese mismo conocimiento.

Con este Trabajo uno adquiere conocimiento para estudiar la clase de ser que se tiene para poder cambiarlo.

Nuestros juicios ordinarios sobre los eventos de la vida no son inteligentes, no nos conducen en la dirección adecuada. Es preciso que veamos lo que no vemos ahora, y dejar de ver lo que ahora vemos y para eso tenemos que aprender a pensar de modo diferente.

Esto es algo que demanda un gran esfuerzo pues estamos habituados a tomar las cosas de la vida de cierta manera y es difícil tomarla de una manera nueva.

Nos hemos acostumbrado a pensar que mañana será otro día, es decir, que podrá ser diferente a hoy, pero aunque las circunstancias y los lugares sean diferentes al día anterior, sin ser conscientes de ello, nuestras reacciones ante los mismos eventos que se reiteran día tras día, serán exactamente las mismas que las del día de hoy, de hace una semana, un mes o un año.

Es dificilísimo liberarse de esta ilusión de que las cosas pueden suceder de distinta forma sin un cambio en nuestra manera de tomar la vida.

No entendemos que no son los eventos mismos los que nos hacen daño, sino nuestros inculcados puntos de vista sobre ellos.  
Ahora bien, no pensar negativamente no quiere decir que uno piense siempre positivamente. En el caso de las emociones negativas y del daño que nos hacen no se puede ser positivo respecto de ellas.

Tenemos que formar en nuestra mente una actitud positivamente negativa hacia las emociones negativas.

Esta actitud no puede formarse en un momento de fuerte identificación con un evento equis. Debe formarse antes o después de un estallido emocional.
Es en los momentos en que nada ocurre cuando es preciso pensar sobre lo dañinas que son para qué, muy gradualmente, los arrebatos emocionales puedan ser controlados por la actitud intelectual correcta.

El pensamiento es más permanente en el tiempo que las emociones, de manera que si uno logra formar una actitud permanente positivamente negativa hacia las emociones negativas, esta actitud creará en el centro emocional sentimientos de rechazo hacia las emociones negativas y el centro emocional mismo comenzará a luchar también contra ellas.




Impresiones y asociaciones




Hay muchas clases de impresiones, pero lo que más nos “impresiona” es aquello que la gente dice y hace.

Las impresiones ingresan o entran en nosotros a través de ojos oídos.

Las llamaremos impresiones entrantes.

Las impresiones entrantes procedentes de un evento exterior traen cierta información, por ejemplo, la información de lo que una persona dice o hace

Esta información es recibida primero por la mente.

En la mente, esta información sigue un circuito neuronal que está asociado o conectado a ciertas actitudes intelectuales o puntos de vista adquiridos por educación.

A través de dicho circuito estos puntos de vista reciben la información que las impresiones contienen acerca de ese evento y, en forma enteramente automática, le confieren u otorgan un significado implantado por la educación adquirida. 

De acuerdo con ese significado, estos puntos de vista juzgan a las palabras o acciones de una persona como correctas o incorrectas.

Si la información de estas impresiones entrantes está de acuerdo con el significado establecido por la educación, será aprobada. Si no lo está, será desaprobada.

Si en la mente es aprobada, esta aprobación inducirá en el centro emocional el sentimiento de que es buena. 

Si en la mente es desaprobada, esta desaprobación inducirá en el centro emocional el sentimiento de que es mala.

El sentimiento de que la información es buena, producirá en el centro emocional un efecto de agrado o aceptación.

El sentimiento de que es mala, producirá en él, un efecto de desagrado o rechazo.

Si el efecto emocional es de agrado o aceptación, inducirá en el centro motor una reacción equivalente, por ejemplo, gestos o palabras de aprobación.

Si el efecto emocional es de desagrado o rechazo, inducirá en el centro motor, gestos o palabras de desaprobación.

En todo hombre o mujer, todo este proceso se desarrolla en ellos sin la menor conciencia de su parte.

Las actitudes intelectuales mecánicamente adquiridas residen en la parte formativa del centro intelectual, esto es, la parte formada por la educación mecánica, y el circuito que asocia o conecta la información de las impresiones entrantes con las actitudes encargadas de juzgarlas, se dirige siempre hacia el aparato formativo y nunca a otras divisiones del centro intelectual que están disponibles para pensar de una manera nueva.





viernes, 19 de abril de 2019

La Parábola del Canto del Gallo


“Y dijo Pedro: “Señor, presto estoy para ir contigo a la cárcel y si es preciso, a la muerte”. Y Jesús le dijo: “Pedro, Pedro; en verdad te digo: antes que cante el gallo, tú negarás tres veces que me conoces" (Evangelio de Lucas 32: 31-34.)


Efectivamente, cuando Jesús es conducido ante el Sanedrín para ser juzgado por acusación de herejía, Pedro, al ser señalado como uno de sus seguidores, lo niega con gran vehemencia y huye.


En el lenguaje de las parábolas negar tres veces equivale a renegar o abjurar, es decir, a consumar una negación total. Este pasaje del Evangelio de Lucas muestra algo muy preciso de la psicología de Pedro, pero, como en todos los Evangelios, está descrito en parábolas.


Las parábolas constituyen un lenguaje especial basado en representar sucesos internos por medio de sucesos externos. Es un lenguaje figurado o alegórico que usa objetos y hechos físicos como simbolismos de estados interiores, espirituales o psicológicos.


Simón, llamado después Pedro, es citado en los Evangelios con más asiduidad que a los otros discípulos de Jesús. Si se presta suficiente atención puede constatarse que Pedro es de cierta manera, que reacciona siempre de cierto modo.

 En el momento en que los discípulos se reúnen por primera vez con Jesús, éste les pone apodos que simbolizan algo de sus psicologías; a Juan y a su hermano les llama “Hijos del Trueno” por su tendencia a tomar todo emocionalmente, y a Simón, llama Pedro. Pedro en griego es kefa, esto es, una piedra o una roca.

En el lenguaje de las parábolas piedra simboliza al conocimiento sin comprensión emocional. Es un saber qué, como la piedra, es duro, rígido e inflexible. Simón es pues llamado roca o piedra por Jesús porque ve que Pedro toma la verdad de lo que él enseña intelectualmente, es decir, pensándola, pero no sintiéndola.

Sin embargo, Jesús sabe que Pedro es un hombre que en algún momento puede llegar a captar no sólo la verdad de la enseñanza, sino también su bien, pero sabe que antes tiene que vivir algunas experiencias que lo lleven eventualmente a una comprensión más profunda de aquello que le transmitió.


El más fuerte choque emocional que sufrió Pedro es, sin duda, la crucifixión de Jesús. Desde luego lo fue para todos los discípulos, pero en particular para Pedro, fue terrible.

Después de la crucifixión de Cristo, avergonzado y con miedo, estuvo escondido y viéndose con los otros discípulos sólo ocasionalmente pues estos también se ocultaban por temor a ser apresados. Pero después de dos años de permanecer oculto, según es contado en Los Hechos de los Apóstoles, ocurrió en Pedro algo extraordinario.

Tal como Cristo se lo había dicho, escuchó el canto del gallo.


Como es sabido el gallo anuncia la salida del sol; es el heraldo del amanecer.

En el lenguaje de las parábolas el Gallo representa el despertar del Centro Emocional a la comprensión de una verdad contenida en el Centro Intelectual representado como el Sol.

En esta alegoría se nos dice que cuando Pedro se vio a sí mismo a la luz de lo que Cristo le había enseñado, sintió por primera vez que su conocimiento de lo que su maestro le había transmitido, era sólo palabras en su mente sin un sentimiento equivalente en su Centro emocional de lo que sabía con su Centro intelectual.


El canto del gallo simboliza el momento en que la enseñanza de Cristo es percibida por Pedro en toda su significación emocional.

Se dice entonces que Pedro “lloró con gran amargura” tal como nos lo refiere Lucas en su Evangelio.

En los citados Hechos de los Apóstoles se cuenta qué, después de escuchar el canto del gallo, ya nada pudo detener a Pedro en su transmisión a otros hombres de aquello que le fue transmitido por Cristo.


Por último, es preciso señalar que lo que Cristo enseñó a Pedro no tiene relación alguna con aquello que hoy se conoce como cristianismo.     



martes, 16 de abril de 2019

La observación de sí y el propósito de Trabajo


En este Trabajo se ha de tener un propósito, un objetivo a cumplir.

Decir que el propósito es despertar no significa nada.

El propósito tiene que ver con aquello que uno ha observado de sí mismo durante largo tiempo; cierta actitud, cierto hábito de pensar que haya persistido a lo largo de su vida y que haya sido la causa de mucho sufrimiento inútil, día tras día, mes tras mes, año tras año.

Si se lo descubre, se podrá definir el propósito.

De manera que proponerse obtener algo sin definírselo a sí mismo no es serio.

Por ejemplo, un hombre quiere ser libre. Este es un propósito, pero para ser libre primero tiene que saber en qué es esclavo, de lo contrario no sabrá de qué librarse.

El propósito se vuelve claro cuando ya se sabe qué es lo que se debe obtener.

La observación de sí es pues una herramienta muy importante porque nos muestra lo que obra en nosotros de manera imperceptible para nosotros mismos.

Nos permite saber en qué somos esclavos y este saber nos hace conscientes de la necesidad de tener un control interior.

La observación de sí es el comienzo de la libertad.

Mientras no se sabe nada sobre la observación de sí ni de lo que ella pone en evidencia sobre nuestros estados interiores, se puede filosofar acerca de la libertad, pero cuando uno sabe con total certeza que no es libre, ciertamente que no se conformará simplemente con filosofar.

Nadie puede ser libre sólo con palabras.



sábado, 13 de abril de 2019

La Felicidad



La felicidad que depende de ser el mejor, de tener más riquezas, de ser más atractivo que los demás, de ser reconocido y admirado, no es una felicidad verdadera, no es un estado de dicha interior que pertenezca al hombre mismo, sino que tiene que ver exclusivamente con lo que los otros piensan de uno.

Sin embargo, esta clase de felicidad no dura mucho. Es necesario que la misma sea estimulada constante­mente.

La razón de esto es que la gratificación por el halago de los otros pasa con rapidez y si esta felicidad no se repite con frecuencia o deja de aparecer por largos períodos, aparecen la angustia y la depresión.

Pero hay otra clase de felicidad que es independiente de las cosas externas.  Pertenece a nuestro ser interior, ese gran desconocido para la mayoría de nosotros.

Desafortunadamente, la mente basada en el punto de vista de que la exterioridad es la única realidad no la puede concebir.

Esta clase de felicidad crucifica todos los días al espíritu del hombre y lo priva de paz interior.

Es preciso otra clase de mente, una mente que sea capaz de concebir los dos mundos, el externo y el interno y le otorgue a cada uno el lugar que le corresponde.

El hombre precisa de alguna forma de verdad que lo mantenga en pie ante las circunstancias adversas de la vida.

Esa verdad no tiene que ser necesariamente la del Cuarto Camino.

Puede ser cualquier otra.

La verdad del Cuarto Camino es para aquellos que no pueden seguir otra forma de verdad.

Esto es algo para pensar.



  


viernes, 12 de abril de 2019

Representantes de representados


Cada yo es un representante de un representado.

Recientemente he descubierto un yo en mí que es el representante en mi mente de un punto de vista de desaprobación de mi padre sobre cierto evento.

Cada vez que ese evento tiene lugar, este yo en mí que representa el punto de vista de desaprobación de mi padre sobre ese evento, ese evento es juzgado desde el punto de vista de desaprobación de mi padre.

Luego, el punto de vista de desaprobación de mi padre, induce un sentimiento de rechazo hacia ese evento en mi centro emocional y ese sentimiento de rechazo, induce una reacción en mi centro motor.

De modo que con relación a ese evento en particular, lo que desapruebo intelectualmente de ese evento, el rechazo emocional que experimento hacia ese evento, y mi reacción motora hacia ese evento, todo es de mi padre.

He descubierto también que ese punto de vista está equivocado porque siempre produce consecuencias desagradables en mi vida cada vez que juzga el significado de ese evento en particular. Esas consecuencias desagradables son obra del representante de mi padre y, en definitiva, real y objetivamente, de mi padre en mí.

Claro que mi padre no es culpable; el me dio ese punto de vista con la mejor intención. Si ese punto de vista es equivocado, él no tiene la culpa; también él lo recibió de otro, tal vez de su padre que seguramente también se lo dio con la mejor intención y así sucesivamente.

De todos modos, lo verdaderamente importante es que yo mismo, el que soy, nunca puedo juzgar ese evento desde mí mismo. No tengo un punto de vista sobre ese evento que sea el resultado de mi propia experiencia y comprensión.

Sólo tengo el punto de vista de mi padre sobre ese evento, y mi padre lo juzga, lo siente y lo expresa en palabras y actos en el mundo externo por mí.

Pero no sólo mi padre tiene representantes en mí. Tengo muchos representantes, muchos yo, muchas personas con muchos puntos de vista diferentes viviendo en mi mente; madre, abuelos, tíos, hermanos, amigos, profesores, escritores, poetas, filósofos.

La lista es interminable.

Cada yo en mí, es un representante de los puntos de vista de aprobación o desaprobación de otras personas.   

Cada yo en mí, es el representante de cada persona que me enseñó directa o indirectamente, a aprobar o desaprobar lo que ella aprobaba o desaprobaba.

Así, apruebo lo que ellas aprueban y desapruebo lo que ellas desaprueban. Pero desde mí mismo, yo no apruebo nada ni desapruebo nada.

Estoy cansado de juzgar siempre las cosas desde lo implantado en mí.

Voy a ver si puedo pensar de una manera diferente.

Las actitudes intelectuales y las emociones negativas


En un primer momento, todos estaríamos de acuerdo en que las emociones negativas se manifiestan por causa de eventos externos.

Pero no es así.

La emoción negativa se manifiesta no a causa del evento, sino a causa de una actitud intelectual o punto de vista que juzga negativamente a ese evento, y así induce una emoción negativa hacia ese evento en el centro emocional.

Prácticamente todas nuestras emociones negativas se basan siempre en acusar a alguien de ser el responsable de provocar en nosotros dichas emociones.

Si comprendiésemos que nuestro rechazo emocional hacia ciertos eventos tiene su origen en negativas actitudes intelectuales hacia esos eventos, comprenderíamos que el problema está en nosotros y eso, cambiaría toda nuestra situación interior.

De allí la necesidad de cambiar algunas de nuestras actitudes mentales, especialmente, aquellas actitudes que consideran necesarias y justas a las emociones negativas.

Es preciso entender esto claramente; la lucha contra las emociones negativas comienza en la mente. No puede comenzar en el centro emocional.

Detrás de todo rechazo emocional hacia un evento se encuentra una actitud intelectual negativa hacia ese evento y toda actitud intelectual negativa se la conoce siempre por el estado emocional negativo que produce en uno mismo.

El real control del centro emocional necesita el recuerdo de sí primero en la mente; si la mente se recuerda a sí misma, el centro emocional y los demás centros, también se recordarán a sí mismos.

El recuerdo de si se forma en la mente por medio de los esfuerzos por entender las ideas del Trabajo y por la creación de actitudes intelectuales correctas.

Si la mente adquiere actitudes intelectuales correctas, el centro emocional adquirirá sentimientos correctos y el centro motor obedecerá a los dos.

Pero, antes que nada, es preciso detener el hábito mecánicamente adquirido de expresar emociones negativas.

Un antiquísimo proverbio dice: “Lo que no se ve, es la causa de lo que se ve”.

La expresión de emociones negativas es la manifestación en el mundo externo, de lo que no se ve, esto es, las actitudes intelectuales negativas que residen en la mente.

Si no se les permite manifestarse, se debilitan y al debilitarse, dejan lugar para que nuevas actitudes puedan ser creadas.

Otro punto importante a considerar, es que las emociones negativas no son inevitables. Es preciso librarse de la idea de su inevitabilidad. Esta es una de las más grandes ilusiones que nos han sido transmitidas por educación.

Si queremos aumentar nuestro entendimiento del mundo y de nosotros mismos, debemos primero cambiar nuestra visión intelectual de las cosas, porque nuestro modo de pensar, y por extensión, de sentir y actuar, está determinado, en su mayor parte, por una visión intelectual de la vida en su mayor parte enteramente equivocada.

Sin ser conscientes de ello, nos encontramos sujetos a modos tradicionales de sufrimiento y así, hemos llegado a creer que este sufrimiento es una parte natural de nuestra vida.

Sin embargo, todo este sufrimiento pertenece a la educación que hemos recibido, a las actitudes intelectuales con las que se nos ha enseñado a juzgar los acontecimientos de la vida.

Es preciso que aprendamos a pensar de una manera diferente tanto acerca de la vida como acerca de nosotros mismos, y esto sólo será posible cuando pensemos desde nuevas ideas, desde nuevas maneras de discernir las cosas.

El estudio de las ideas del Trabajo, la lucha contra la identificación con las actitudes intelectuales negativas, la lucha contra la expresión de las emociones negativas, contra la imaginación negativa, la consideración interna, la creación de un pensar correcto sobre las emociones negativas y la práctica del recuerdo de sí, son la base de este Trabajo.