jueves, 16 de mayo de 2019

Pensamientos IV


Para que un hombre pueda tener un real sí mismo, sus puntos de vista deben ser el resultado de su propio entendimiento y comprensión. Entonces, cada punto de vista estará unido al otro y todos verán la misma cosa. En la vida se pueden tener muchas metas, pero para aquel hombre que espera obtener al final de su vida algo más que una tumba, ninguna otra meta puede ser más importante que ésta.

Estamos divididos en muchos yo o puntos de vista, algunos de los cuales aprueban y otros desaprueban. Vivimos siempre en esta alternancia constante de aprobar y desaprobar. A veces sentimos el hastío, el cansancio de esta interminable rotación y quisiéramos encontrar el modo de librarnos de ella, de escapar a esta torturante y contradictoria forma de tomar la vida. Necesitamos un único y gran Yo que abarque la totalidad de nuestra psicología, una psicología renacida donde nada sea oposición y donde todo sea complementación. 

Como no tenemos otros puntos de vista que los adquiridos por la imitación y la educación, nuestra mente no puede comparar los juicios de esos puntos de vista con juicios provenientes de puntos de vista diferentes. La mente es un recipiente y ese recipiente tiene un contenido. Lo que no está en el contenido, la mente no lo puede pensar. Es necesario hacer ingresar en este recipiente que es la mente, nuevos puntos de vista para que ella pueda comparar y decidir cuál juicio es correcto y cual juicio es equivocado.

Tomar la vida de una nueva manera significa pensarla desde nuevas actitudes mentales adquiridas por un pensar correcto, esto es, sobre la base de hechos verificados por una seria y responsable observación de sí.

Ser consciente es estar despierto. Constatar que no se es consciente es comenzar a despertar.

Si el ser de un hombre, esto es, sus puntos de vista intelectuales sobre sí mismo y sobre la vida están fundados en ideas equivocadas, atraerá para su vida cosas iguales a su ser y de este modo, todo en su vida seguirá sucediendo de la única manera en que puede suceder

La personalidad es todo aquello que otros nos enseñaron. La individualidad es lo que sabemos por nuestra propia experiencia y comprensión.

Pensar es necesario, pero si algo en uno se contenta sólo con pensar, nunca concretará nada.

Hay quienes preguntan para qué sirve la conciencia. Algunos responden que es para alcanzar un estado superior de iluminación, pero cuando un hombre conoce lo que hizo y lo que no hizo siendo inconsciente, con toda certeza que ese hombre sabrá para qué sirve la conciencia.  

El Cuarto Camino dice que el hombre es una máquina, pero esto es algo que debe ser correctamente entendido. Decir que el hombre es una máquina es una analogía que no puede ser extendida más allá de cierto límite, pues si el hombre fuera una máquina en el pleno sentido de esta palabra, no tendría ninguna posibilidad de dejar de serlo. El hombre no es una máquina, pero le implantaron una máquina psicológica o programa que lo hace actuar como si lo fuese.

Este sistema afirma que el hombre no puede hacer. Es preciso entender por qué dice esto. Significa que las actitudes mentales o puntos de vista implantados en su mente por una educación hacen por él. He aquí porque dice el hombre no puede hacer.



    





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