Se dice que en el mundo hay
tantas verdades como personas existen. Esto significa que no hay una sola
verdad, sino muchas verdades.
La Verdad es el conocimiento
acerca de algo, sea el que fuere.
Por ejemplo, un médico ha estudiado
Medicina, por consiguiente, tiene la verdad de la Medicina.
Ahora bien. Un médico puede
discrepar con otro acerca de la mejor técnica a aplicar en un caso en
particular, pero ambos estarán de acuerdo en que es necesario aplicar alguna y
esto quiere decir que en última instancia, la verdad de cada uno, esto es, el
nivel de conocimiento de la verdad de la medicina que cada uno sostiene como el
más apropiado, sólo podrá verificarse en el terreno de los hechos.
De este modo, llegamos a la
conclusión de que la única manera de confirmar que una verdad o conocimiento
acerca de algo, es más válida que otra, es demostrando en la práctica su
utilidad, es decir, su bien.
En efecto: un médico, si es un
médico cabal, ha estudiado Medicina no sólo para conocer la verdad de la
Medicina, sino para aplicar el bien de la Medicina, esto es, curar a sus pacientes.
Así arribamos a otra importante
conclusión, a saber, que si un conocimiento o verdad no conduce en la práctica
hacia alguna forma de bien, entonces no es verdad.
Toda verdad es verdad sólo si
está en relación con aquello que es el fin último de toda verdad o
conocimiento: el bien.
Si la obtención de algún bien es
el fin último de cualquier verdad, esto significa que el bien es superior a la
verdad y que la verdad sin el bien, no puede ser considerada de hecho como
verdad.
Se dice al principio de este
apunte que en el mundo hay tantas verdades como personas existen, que hay
muchas verdades. ¿Se puede afirmar que el mundo está bien?
Desde luego, esto es cuestión de
puntos de vista, pero si nos basamos en los hechos y no meramente en los puntos
de vista, podemos afirmar que no.
Llegados a este punto obtenemos
otra interesantísima conclusión, esto es, que a pesar de que en el mundo hay
muchas verdades, el bien no se ve por ninguna
parte.
Si no existe una verdad que esté
en un nivel más alto que todas las demás, una verdad que las integre en un Todo
sin que cada una pierda la validez que le es propia en su nivel, si no hay una
verdad que unifique, que relacione a todas las verdades y les dé un sentido y
una significación para un bien mejor, entonces todas las verdades tienen el
mismo valor y es un hecho que si todo tiene el mismo valor, nada tiene valor,
del mismo modo en qué, si todos mandan, nadie manda.