viernes, 31 de mayo de 2019

Las verdades y la verdad


Se dice que en el mundo hay tantas verdades como personas existen. Esto significa que no hay una sola verdad, sino muchas verdades. 

La Verdad es el conocimiento acerca de algo, sea el que fuere. 

Por ejemplo, un médico ha estudiado Medicina, por consiguiente, tiene la verdad de la Medicina.

Ahora bien. Un médico puede discrepar con otro acerca de la mejor técnica a aplicar en un caso en particular, pero ambos estarán de acuerdo en que es necesario aplicar alguna y esto quiere decir que en última instancia, la verdad de cada uno, esto es, el nivel de conocimiento de la verdad de la medicina que cada uno sostiene como el más apropiado, sólo podrá verificarse en el terreno de los hechos.

De este modo, llegamos a la conclusión de que la única manera de confirmar que una verdad o conocimiento acerca de algo, es más válida que otra, es demostrando en la práctica su utilidad, es decir, su bien.

En efecto: un médico, si es un médico cabal, ha estudiado Medicina no sólo para conocer la verdad de la Medicina, sino para aplicar el bien de la Medicina, esto es, curar a sus pacientes.

Así arribamos a otra importante conclusión, a saber, que si un conocimiento o verdad no conduce en la práctica hacia alguna forma de bien, entonces no es verdad.

Toda verdad es verdad sólo si está en relación con aquello que es el fin último de toda verdad o conocimiento: el bien.

Si la obtención de algún bien es el fin último de cualquier verdad, esto significa que el bien es superior a la verdad y que la verdad sin el bien, no puede ser considerada de hecho como verdad.

Se dice al principio de este apunte que en el mundo hay tantas verdades como personas existen, que hay muchas verdades. ¿Se puede afirmar que el mundo está bien?

Desde luego, esto es cuestión de puntos de vista, pero si nos basamos en los hechos y no meramente en los puntos de vista, podemos afirmar que no.

Llegados a este punto obtenemos otra interesantísima conclusión, esto es, que a pesar de que en el mundo hay muchas verdades, el bien no se ve por ninguna parte.       

Si no existe una verdad que esté en un nivel más alto que todas las demás, una verdad que las integre en un Todo sin que cada una pierda la validez que le es propia en su nivel, si no hay una verdad que unifique, que relacione a todas las verdades y les dé un sentido y una significación para un bien mejor, entonces todas las verdades tienen el mismo valor y es un hecho que si todo tiene el mismo valor, nada tiene valor, del mismo modo en qué, si todos mandan, nadie manda.




La necesidad de un cambio interior del Hombre


En la psicología ordinaria el hombre es considerado como un ser inmodificable ya que, según sus postulados, en el plano psicológico éste ha alcanzado todo cuanto le es posible alcanzar.

Esto significa que para la psicología ordinaria y asimismo, para la sociología y las ciencias históricas, el hombre es un ser plenamente desarrollado y por lo tanto, es imposible una evolución mayor que la que ya posee.

Partiendo de este principio, el amplio espectro de las ciencias sociales se aparta de toda consideración acerca de una posible evolución psicológica del hombre y se ocupa exclusivamente de encauzar la vida del mismo hacia formas de organización qué, según sus puntos de vista, permitirá al hombre liberarse de la injusticia y del sufrimiento que ella produce y alcanzar la plena felicidad en algún futuro próximo o lejano.

Sin embargo, según la psicología esotérica del Cuarto Camino, todo intento de conducir la vida del hombre hacia un futuro mejor es absolutamente imposible mientras el hombre mismo no experimente un cambio trascendente en su estructura psicológica, esto es, en su forma de pensar, sentir y actuar.

Esta necesidad de un cambio interior del hombre se hace evidente en el hecho de que en el transcurso de toda su historia, cada intento de conducir su existencia hacia una forma de organización social que lo liberase del sufrimiento, la injusticia y otros males, se ha llevado a cabo siempre a través de guerras y revoluciones, esto es, a través de medios violentos y por consiguiente, con un incremento de la injusticia y el sufrimiento.

En otras palabras, la historia nos presenta una secuencia de sucesos en los que se establece un nuevo orden mediante la destrucción del orden precedente, al que le sigue otro que a su vez lo destruirá para crear un nuevo orden y así de seguido.

Si el hombre fuese un ser realmente evolucionado actuaría de acuerdo con una real evolución, la cual no puede ser otra cosa que la manifestación de procesos conscientes y ordenados y no cambios de dirección repentinos, bruscos y violentos.

Pero, aunque los hechos de la Historia demuestren enteramente lo contrario, estas ciencias siguen insistiendo en tomar al hombre como a un ser en plenitud de su evolución psicológica y así, teorizan acerca de su privilegiada posición en la Tierra y en el Universo, su cultura, su poder civilizador, su desarrollo tecnológico y, a partir de todo esto, las inmejorables perspectivas de su devenir histórico.

La larga experiencia de esta enseñanza muestra que tales consideraciones no son sino pura imaginación, cantos de sirena para que los hombres no vean la realidad de su situación actual y de lo que les espera en el futuro.

Cuando en la cadena de las civilizaciones, una de ellas alcanza elevados niveles de desarrollo científico y tecnológico sin un desarrollo interior, espiritual o psicológico equivalente, el peligro de una ruptura en la continuidad del devenir histórico del hombre crece exponencialmente.




miércoles, 22 de mayo de 2019

Observar y Observarse


En la observación, la atención es dirigida hacia el mundo externo o mundo fenoménico por vía de los sentidos corporales.

En la observación de sí, la atención es dirigida hacia nuestra psicología, hacia aquello que pensamos y sentimos.

Pero para esta clase de observación, nuestros sentidos corporales no son aptos y es por esto que la observación de sí es más difícil que la observación del mundo externo o fenoménico. Ahora bien, estas dos formas de observación tienen objetivos enteramente diferentes.

Para expresarlo de la manera más simple, la Observación es para saber cómo es el mundo externo y la Observación de Sí es para saber cómo es uno mismo en su mundo interior, espiritual o psicológico.

Para la ciencia, en especial para la ciencia actual, solamente aquello que es visible y por lo tanto observable a través de los sentidos, o por los sentidos asistidos por medios tecnológicos, es definido como real.

Partiendo entonces desde este punto de vista, podemos especificar a la ciencia oficial como la ciencia de la observación y a la enseñanza esotérica del Cuarto Camino como la ciencia de la autobservación.

Siguiendo la premisa científica de que sólo lo observable es lo real, un hombre puede transcurrir su vida entera en la observación de la naturaleza externa, del mundo fenoménico. Observará planetas, estrellas, átomos, células y obtendrá un cúmulo de conocimiento de ese lado del universo que puede ser observable por los sentidos físicos.

Esta clase de conocimiento produce cambios diversos en el mundo externo, por ejemplo, hacer más adaptable la naturaleza externa a las necesidades del hombre, pero no puede cambiar al hombre en sí mismo.

Ahora podemos obtener otra conclusión más acerca de la diferencia entre Observación y Observación de Sí y es qué, la observación es un medio para cambiar el mundo, mientras que la observación de sí es un medio para cambiar el Yo.

Sin embargo, para aprender algo es necesario comenzar por el conocimiento de ese algo y todo conocimiento, sin importar cuál sea, comienza siempre desde los sentidos. El conocimiento de éste sistema de enseñanza precisa tanto de la lectura como de la audición y estas son funciones de estos dos órganos sensoriales.

Para transmitir a un hombre la idea de la Observación de Sí es preciso que aprenda por la lectura o por lo que se le dice, de qué manera debe observarse a sí mismo y porqué debe observarse a sí mismo y todo eso tiene que penetrar primero en su mente, por decirlo así, por medio de sus ojos y sus oídos.

De este modo, un hombre empieza prestando atención externa a las ideas de esta enseñanza de la misma manera en que lo hace la ciencia de los fenómenos visibles.

Tiene que leer información respecto de la observación de sí y, sobre la base de esa información, seguir ciertas directivas sobre lo que debe observar y cómo observarlo.

Para este fin, es preciso también que establezca en su mente una clara distinción entre estas dos diferentes dimensiones de la realidad, a saber, el mundo externo que es percibido por los sentidos y que es accesible a todos, y el mundo interior o psicológico al cuál ninguno de sus cinco sentidos puede percibir, ese mundo de índole enteramente individual al que nadie, excepto uno mismo puede acceder. Este mundo interno es la segunda realidad, y es invisible.

Cuanto más se incursiona en este mundo interior por la observación de sí, tanto más se constata que se vive simultáneamente en dos realidades.  

Todo lo que se ve, escucha, se degusta, huele y toca, pertenece a la primera realidad. Todo lo que se piensa y siente, lo que agrada o desagrada sobre lo que se piensa y siente, pertenece a la segunda realidad.

Es en esta segunda realidad, la de nuestros pensamientos y sentimientos donde pasamos toda nuestra vida sin ser conscientes de ello.

Es en este mundo interior donde somos asaltados por toda clase de pensamientos y estados emocionales negati­vos, un mundo en el cuál tropezamos y caemos y donde constantemente corremos el riesgo de arruinarlo todo o, peor aún, destruirlo todo.

Sólo por medio de la observación de sí podemos poner orden en el caos de ese mundo y hacer de él, un lugar digno para vivir.

domingo, 19 de mayo de 2019

Pensamientos V


Todos tenemos siempre buenas intenciones. Sin embargo, por la identificación, la imaginación, la consideración interna y todo lo demás, pese a nuestras buenas intenciones, sólo conseguimos crear malas situaciones. Así es siempre en la vida de todos nosotros. Mientras no despertemos, todo lo que podemos tener son buenas intenciones.

Pensamiento, sentimiento, acción. Así se entiende lo que el apóstol Pablo quiso decir cuando expresó; “El hombre es un ser tripartito”.

Ser una máquina es pensar desde puntos de vista adoptados sin comprensión de cuanto hay de real valor en estos puntos de vista y pensar, sentir y actuar de acuerdo con ellos.

Otorgamos valor a aquellas cosas que nuestras actitudes intelectuales otorgan valor. Entre estas actitudes, algunas otorgan valor a cosas que son valiosas, y otras otorgan valor a cosas que no valen nada. Tenemos que saber cuáles son valiosas y cuáles no valen nada porque las que no tienen valor son las que nos hacen destruir precisamente lo que más queremos preservar.

El Cuarto Camino jamás será popular entre las personas pues nada hay más ofensivo para un hombre que decirle que está dormido y que no puede hacer nada. Sólo muy pocos que sientan la verdad de esto serán capaces de despertar y hacer.

“Despertar”, en el sentido de este sistema, es darse de que uno no tiene control sobre sus pensamientos, emociones y acciones. “Hacer”, en el sentido de este sistema, es tener ese control.

Nuestro pasado es la memoria que guardamos de lo que sucedió. Pero esa memoria de lo que sucedió, es la memoria de las actitudes mentales mecánicamente adquiridas, de lo que ellas aprobaron o desaprobaron y de lo que justificaron y siguen justificando al presente.

Lo que puede desarrollarse en el hombre es la consciencia y la voluntad, y estas sólo pueden ser desarrolladas si un hombre comprende que aún no posee el desarrollo de ambas.


Este conocimiento proporciona ideas que son difíciles de pensar pues son enteramente desconocidas para la cultura corriente.

El Cuarto Camino está abierto a todos los hombres, pero entre todos los hombres sólo ingresan al Cuarto Camino los que sienten que no pueden seguir otros caminos.







jueves, 16 de mayo de 2019

Pensamientos IV


Para que un hombre pueda tener un real sí mismo, sus puntos de vista deben ser el resultado de su propio entendimiento y comprensión. Entonces, cada punto de vista estará unido al otro y todos verán la misma cosa. En la vida se pueden tener muchas metas, pero para aquel hombre que espera obtener al final de su vida algo más que una tumba, ninguna otra meta puede ser más importante que ésta.

Estamos divididos en muchos yo o puntos de vista, algunos de los cuales aprueban y otros desaprueban. Vivimos siempre en esta alternancia constante de aprobar y desaprobar. A veces sentimos el hastío, el cansancio de esta interminable rotación y quisiéramos encontrar el modo de librarnos de ella, de escapar a esta torturante y contradictoria forma de tomar la vida. Necesitamos un único y gran Yo que abarque la totalidad de nuestra psicología, una psicología renacida donde nada sea oposición y donde todo sea complementación. 

Como no tenemos otros puntos de vista que los adquiridos por la imitación y la educación, nuestra mente no puede comparar los juicios de esos puntos de vista con juicios provenientes de puntos de vista diferentes. La mente es un recipiente y ese recipiente tiene un contenido. Lo que no está en el contenido, la mente no lo puede pensar. Es necesario hacer ingresar en este recipiente que es la mente, nuevos puntos de vista para que ella pueda comparar y decidir cuál juicio es correcto y cual juicio es equivocado.

Tomar la vida de una nueva manera significa pensarla desde nuevas actitudes mentales adquiridas por un pensar correcto, esto es, sobre la base de hechos verificados por una seria y responsable observación de sí.

Ser consciente es estar despierto. Constatar que no se es consciente es comenzar a despertar.

Si el ser de un hombre, esto es, sus puntos de vista intelectuales sobre sí mismo y sobre la vida están fundados en ideas equivocadas, atraerá para su vida cosas iguales a su ser y de este modo, todo en su vida seguirá sucediendo de la única manera en que puede suceder

La personalidad es todo aquello que otros nos enseñaron. La individualidad es lo que sabemos por nuestra propia experiencia y comprensión.

Pensar es necesario, pero si algo en uno se contenta sólo con pensar, nunca concretará nada.

Hay quienes preguntan para qué sirve la conciencia. Algunos responden que es para alcanzar un estado superior de iluminación, pero cuando un hombre conoce lo que hizo y lo que no hizo siendo inconsciente, con toda certeza que ese hombre sabrá para qué sirve la conciencia.  

El Cuarto Camino dice que el hombre es una máquina, pero esto es algo que debe ser correctamente entendido. Decir que el hombre es una máquina es una analogía que no puede ser extendida más allá de cierto límite, pues si el hombre fuera una máquina en el pleno sentido de esta palabra, no tendría ninguna posibilidad de dejar de serlo. El hombre no es una máquina, pero le implantaron una máquina psicológica o programa que lo hace actuar como si lo fuese.

Este sistema afirma que el hombre no puede hacer. Es preciso entender por qué dice esto. Significa que las actitudes mentales o puntos de vista implantados en su mente por una educación hacen por él. He aquí porque dice el hombre no puede hacer.



    





lunes, 13 de mayo de 2019

La Torre de Babel y el Diluvio Universal


El relato del diluvio, bajo la forma de alegorías, nos habla de la caída de una civilización, de la destrucción de una cultura anterior a la presente y que es conocida y mencionada en todos los mitos de los más diversos pueblos de la Tierra como La Edad de Oro en la cual los hombres tenían mejores medios de vida y también mejores armas.

La causa de su desaparición fue una gran inundación. El relato bíblico, que bebe de las mismas fuentes que otros relatos similares, nos dice que las aguas inundaron la Tierra. Por lo general, esto es tomado literalmente.


Pero, en el lenguaje de las parábolas, lenguaje en que está escrito el relato del diluvio las aguas representan la violencia.


Esto significa que la Tierra se inundó, no de aguas literales, sino que se inundó de violencia.


El relato continúa diciendo que la Tierra se llenó de violencia por causa de los hombreses decirque la violencia se originó en los hombres, que los hombres se inundaron interiormente de ideas y emociones de violencia.


La narración nos dice que cuando las aguas alcanzaron su punto máximo de crecida, comenzó a llover. Esto también suele tomarse al pie de la letra.


Lo que el relato nos comunica es qué, cuando la violencia alcanzó en los hombres un punto máximo de crecida interior o psicológica, esa violencia se manifestó externamente.

Nos sugiere que los hombres, o tal vez, algunos hombres, pasaron de las ideas a los hechos.


Es entonces cuando comienza a llover.


El comienzo de la lluvia es el comienzo de la exteriorización de la violencia interior, el momento en que la violencia comienza a llover sobre la Tierra y por consiguiente sobre sus habitantesEsta alegoría de la lluvia puede ser interpretada como la guerra que llueve sobre la humanidad.

En el trasfondo de esta narraciónla leyenda de Noé y el Arca, simboliza a un grupo reducido de hombres que de acuerdo a un plan preparado con la debida antelación, escapa a la destrucción general.


En la narración de La Torre de Babel se nos informa que los hombres decidieron construir una torre que llegase hasta los cielos.

Si aceptamos este relato literalmente, esto significa que los hombres o, nuevamente, algunos hombres, decidieron construir una torre literal.


Pero, lo que en realidad se oculta tras esta alegoría es la historia de la construcción de una civilización que se va elevando gradualmente, esto es, tal y cómo se construye una torre. 

¿El objetivo? Crear una sociedad ideal en la Tierra basada en la organización social, el desarrollo de la ciencia y la tecnología.


Durante cierto tiempo esta torre se va elevando más y más y cuando se vislumbra ya el final de su construcción, sucede algo.

Los hombres que construyen la torre dejan de entenderse entre sí. Se produce una división; unos quieren la culminación de ese ideal de una manera, y otros de otra manera.


Comienzan las discrepancias, las oposiciones, la enemistad y el odio, y todo se torna violencia.

Los constructores de la torre empiezan a matarse unos a otros y finalmente la torre se cae.


Desde este punto de vista, los relatos de La Torre de Babel y el Diluvio universal se encuentran íntimamente relacionados y uno parece ser la causa del otro.


Otra conclusión particularmente interesante que surge de este relato es qué, lo que llamamos Prehistoria, no es el comienzo de la sociedad humana, sino los restos de la antigua civilización científica y tecnológica, y los “Hombres de las cavernas”, simplemente los descendientes de aquellos que vivieron en la anterior cultura y que cayeron en un estado de barbarie y salvajismo.


Aunque al presente existen indicios sumamente relevantes de que hubo tal civilización, la ciencia oficial lo sigue negando, alegando que no se puede dar crédito a mitos y leyendas.




viernes, 10 de mayo de 2019

La justificación


Todas las emociones negativas, sean violentas o depresivas, se basan en puntos de vista que las justifican intelectualmente. 

Si un punto de vista en nuestra mente justifica las emociones negativas, nuestra parte emocional también justificará experimentarlas y las expresará a través de nuestro centro motor con palabras y gestos.

Sin justificación las emociones negativas no pueden existir.

En forma indirecta se las señala como justas, como muestra de valor y sinceridad, de honor, etc. Y sin embargo, las emociones negativas no aumentan nuestra felicidad, no nos proporcionan una buena salud. 

Con emociones negativas pensamos mal, comemos mal, dormimos mal, respiramos mal.

Con emociones negativas no podemos construir nada, solo podemos destruir y, muy a menudo, aquello que menos deseábamos destruir.

El más poderoso punto de vista para la justificación de las emociones negativas es el punto de vista que juzga que las personas son conscientes y que hacen el mal conscientemente.

Si yo acepto en mi mente el punto de vista de que una persona es conscientemente desconsiderada conmigo, justificaré sufrir por su desconsideración y también, hacerle sufrir por su desconsideración.

Toda justificación para sufrir y hacer sufrir se basa en este punto de vista.

Muy frecuentemente, se confunde hacer algo malo deliberadamente con hacer algo malo conscientemente. Este es un ejemplo de un punto de vista equivocado.

Se puede hacer algo muy deliberadamente siendo totalmente inconsciente del mal que se está por provocar.

Estando consciente ningún hombre puede hacer el mal, sencillamente, porque no sentiría placer en hacerlo.

Esto no significa que justifiquemos el mal y que no hagamos nada por combatirlo o mitigarlo tanto como podamos, pero siendo conscientes de cuál es su causa.

La causa de todo el mal del mundo es la inconsciencia.

No hay otra causa.


jueves, 9 de mayo de 2019

Método de transmisión a distancia de las ideas del Cuarto Camino


El Centro de Estudios del Cuarto Camino fue creado para los que buscan respuestas diferentes a las que ofrece la cultura ordinaria.

Es para quienes sienten que la vida, en su versión corriente, no los ha conducido en la dirección correcta.

Es para aquellos que internamente se sienten perdidos en la vida, que no saben adónde ir y no tienen adónde ir.

El Cuarto Camino es para todos los hombres, pero en particular, para aquellos hombres que no pueden seguir otros caminos.

En este Centro no hay misterios ni enigmas.

Sólo hay Trabajo.

Contacto e informes: unaescuela4@gmail.com







jueves, 2 de mayo de 2019

Pensamientos III


Sufrir y tener emociones negativas son dos cosas diferentes. Si uno sufre para obtener algo útil, ese sufrimiento no se convertirá en una emoción negativa, pero cuando el sufrimiento se origina en la identificación y la imaginación, inevitablemente se convierte en emoción negativa.

Todas las emociones negativas, sean violentas o depresivas, se basan en puntos de vista que las justifican intelectualmente. Sin justificación las emociones negativas no pueden existir.

Si una persona tiene puntos de vista pesimistas y tristes sobre la vida, por más que se la invite a la más divertida de las fiestas, no cambiará.

Es preciso que nos veamos a nosotros mismos y a los demás sin imaginación. Esto es muy difícil de hacer porque al estar habituados a la imaginación, la realidad nos parece siempre una degradación de la vida.

Todas la situaciones violentas de la vida son siempre el resultado de las reacciones de personas cuyas actitudes intelectuales colisionan con las actitudes intelectuales de otras personas. 

El centro emocional siente lo que la mente piensa. Si la mente cambia de pensamiento, el centro emocional cambia de sentimiento. No se pueden tener nuevas emociones si antes no se tienen nuevos pensamientos.

La vida no es ilusión. La ilusión está en nosotros, en nuestros puntos de vista equivocados sobre la vida.

Identificación, imaginación, emociones negativas, consideración interna, olvido de sí. Esta es la prisión en que vivimos. Tenemos dos alternativas; o tratar de escapar, o sentarnos y ponernos a llorar por estar en prisión.

Si pensamos sobre el recuerdo de sí trabajamos sobre el conocimiento; si lo practicamos trabajamos sobre el ser. Ambas cosas son necesarias.

Obtener conocimiento sobre cómo cambiar es necesario, pero no suficiente, porque un hombre sólo puede cambiar por la aplicación práctica sobre sí mismo del conocimiento obtenido.

Este sistema no es una filosofía. La filosofía es, ciertamente, una categoría legítima del pensamiento, pero filosofar es pensar en una escala grandísima, en una escala desde la cual es prácticamente imposible obtener comprobaciones fehacientes, porque la filosofía no trata con hechos, sino con probabilidades, y en este sistema tratamos principalmente con hechos.

Este Trabajo no enseña a tener fe, ni esperanza, ni amor; enseña a desarrollar la conciencia, pero si la conciencia se desarrolla, termina convirtiéndose en Fe, Esperanza y Amor.

 No somos solamente lo que somos. Somos también lo que podemos llegar a ser.