domingo, 17 de marzo de 2019

Pensamientos 1



En determinados momentos de la his­toria la posibilidad de despertar tuvo más probabilidades de realizarse para muchas personas, pues las gentes estaban apartadas de ciertas influencias, pero en los tiempos actuales nos enfrentamos a una expansión general de ideas que tienen como objetivo la formación de una sociedad global similar a las colonias de abejas o  de hormigas, de una organización social a escala planetaria en la que no se admitirá la existencia de la individualidad bajo ninguna forma.

Nuestra vida cotidiana, nuestra profesión, nuestro negocio, nuestra ocupación, no son sueño, pero si los tomamos como lo único que hay en la vida entonces son sueño.

Algunos sistemas dicen que la vida es ilusión. El Trabajo no está de acuerdo con eso; no dice que la vida sea una ilusión, pero si la tomamos equivocadamente, se vuelve ilusión para nosotros.

Los eventos del mundo no están bajo nuestro poder, pero lo que sí puede estar en nuestro poder es nuestra manera de tomarlos.

Delante de nosotros tenemos el pasado que vuelve en la recurrencia. No tenemos otro lugar adonde ir.

El hombre nace con la posibilidad de recordarse a sí mismo, pero ha sido educado entre gente que se ha olvidado de sí misma, y así no ha podido desarrollar esta facultad.

Cada uno de nosotros está unido a un tipo particular de cuerpo por la herencia genética, y a un tipo particular de puntos de vista por la educación recibida.

Hay sistemas que despiertan y hay sistemas que hacen dormir. Los sistemas que hacen dormir presentan al sueño como si fuese despertar.

Nuestras actitudes mentales adquiridas han sido concebidas para que miremos siempre hacia afuera, y jamás hacia adentro.

Tener un mañana no es simplemente despertar para ver el sol del día siguiente.
La causa de las emociones negativas que experimentamos ante ciertos eventos no reside en los eventos mismos sino en nuestras actitudes intelectuales sobre esos eventos.
Hemos nacido sin imaginación. Si hoy imaginamos es porque lo imaginario está en las ideas con qué pensamos.
No pensamos con la mente. Pensamos con las ideas que están en ella.
Si un hombre no se conoce a sí mismo aunque conozca todo no conoce nada.
Si queremos conocer a una persona, debemos separarla de su conocimiento y observar sus hechos.
Nunca hemos pensado en la vida como en algo en lo que había que pensar. Hemos dado por sentado que era tal como se nos dijo que era.


No hay comentarios:

Publicar un comentario