Si me
pregunto en dónde vivo puedo responderme diciéndome que vivo en la calle tal,
número tal, de la ciudad tal.
Y estaré en
lo cierto, pero al mismo tiempo estaré equivocado.
Porque también
vivo en un país llamado, como en mi caso, Argentina.
Esto será correcto,
pero nuevamente estaré equivocado ya que vivo también en un continente, el
continente americano, y de ese continente americano más concretamente en la
parte sur del mismo.
Si sigo
ampliando mi visión me daré cuenta de qué, si bien es verdad que vivo en ese
continente y en su extremo sur, al mismo tiempo también vivo en un planeta
llamado Tierra.
Si este
proceso continúa, percibo que también vivo en un sistema planetario llamado
sistema solar.
Ampliando
aún más esta perspectiva mi conciencia capta el hecho de que también vivo en
una galaxia llamada Vía Láctea.
Finalmente,
llego a la conclusión de que vivo también dentro del conjunto de todas las
galaxias posibles que forman el Universo.
Pero si
alguien me preguntase si vivo dentro del conjunto de todas las galaxias
posibles que forman el Universo y le respondiese que sí, estaré en lo cierto,
pero nuevamente estaré equivocado, pues también vivo en una galaxia llamada Vía
Láctea.
Y vivo
también en un sistema planetario de esa galaxia denominado sistema solar.
Igualmente,
dentro de ese sistema solar vivo en un planeta llamado Tierra.
En ese
planeta vivo en la parte sur de un continente llamado America.
Dentro de
ese continente vivo en un país llamado Argentina.
En ese país,
yo vivo en la calle tal, número tal, de la ciudad tal.
De modo que
vivimos en todos estos lugares simultáneamente, pero jamás nos damos cuenta.
Pero tampoco
nos damos cuenta de algo muchísimo más importante, y es que vivimos todo el
tiempo dentro de nosotros mismos.
Ahora bien, si
un policía nos pide que nos identifiquemos y solicita conocer nuestro
domicilio, será muy conveniente que no le respondamos con este ejemplo.
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