lunes, 26 de julio de 2021

Los Bienaventurados

 

"Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos"

Se denomina “Pobre en el espíritu” a aquel hombre que es pobre en todo aquello en lo que es rico el hombre que no es en el espíritu, esto es, el hombre rico en vanidad, en falso orgullo, en hipocresía, en soberbia, en suma, el hombre de falsos puntos de vista sobre la vida y sobre sí mismo. De este hombre “Pobre en el espíritu”, se dice que de él es el “reino de los cielos”, esto es, su vinculación a un círculo esotérico de hombres que se comprenden entre sí.

 (Nota: en muchas traducciones del Nuevo Testamente se ha a cambiado el significado de las palabras Pobres en el espíritu por Pobres de espíritu, sugiriendo así que se trataría de gente de poca inteligencia y algo tontos).

 Bienaventurados sean los que sufren, porque ellos tendrán consolación." 

Se refiere a que si bien los esfuerzos por liberarse del sufrimiento inútil demandan cierto tiempo, estos esfuerzos no son para siempre. Si un hombre trabaja sobre sí, llegará en algún momento al nivel de “Pobre en el espíritu”. Obtendrá entonces la consolación o descanso de todos sus esfuerzos, en un nuevo estado interno llamado bienaventuranza o paz interior.

 "Bienaventurados los mansos, porque heredarán la tierra"

  Si un hombre trabaja sobre sus emociones negativas, si logra despojarse de ellas, será llamado manso, esto es, sin rencor. Significa al hombre que ha renunciado a juzgar y condenar con dureza las reacciones mecánicas de los otros hombres. Su herencia será la tierra, esto es, la posesión de sí mismo.

 "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán hartos."

Son aquellos que tienen una gran necesidad interior de encontrar para sí mismos, un significado superior de la vida. Esta necesidad se simboliza como hambre y sed; hambre de conocimiento y sed de comprender y de una justicia que no sea la justificación de la falsa personalidad. Si siguen al Verbo, su hambre será calmada y su sed saciada 

 "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia."

Se refiere a aquellos hombres que proceden con otros hombres por medio de la comprensión de qué, si no son mejores, no es porque no quieran serlo, sino porque no saben que pueden ser mejores. Es de este modo como un hombre puede esperar alcanzar misericordia para sí mismo, porque al proceder de este modo, limpia la memoria de su pasado de odios y resentimientos inútiles.

 "Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos andarán con Dios."

Se llama puros de corazón a aquellos que ya no están bajo el poder de las emociones negativas. Se dice de ellos que andarán con Dios, esto es, andando por la vida con la guía interior de la Enseñanza Esotérica o Dios en la Tierra. 

 "Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios."

Aquellos que han alcanzado la paz interior por la muerte de la falsa personalidad, serán no sólo pacíficos, sino también pacificadores, porque al no reaccionar más con violencia a los actos mecánicos de los otros hombres, por añadidura, disminuirá en éstos en alguna medida, la reacción violenta. Serán llamados Hijos de Dios, nacidos de nuevo o renacidos, no como hijos de padre y madre carnales, sino como hijos psicológicos del esoterismo o Dios en la Tierra.

 "Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia (de la justicia del mundo), porque de ellos es el reino de los cielos”

Este pasaje es para discípulos que habían sido designados apóstoles, esto es, emisarios enviados para difundir por el mundo la enseñanza esotérica. Se refiere a un nivel de compromiso de estos enviados quienes conocían y comprendían y aceptaban los riesgos de dicha misión.

 

 

 

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