Sobre la Voluntad
Para tener voluntad, una Voluntad Real, un hombre debe
primero que nada tener una meta. Pero esta meta u objetivo a lograr debe tener
para él una importancia tal, que todas las otras metas de la existencia queden
subordinadas a la obtención de dicha meta.
Si relacionamos este concepto de voluntad con la Observación
de Sí (acerca de la cual el Trabajo tanto insiste que se haga) tal vez podamos
tener una vislumbre de lo que significa esta clase de voluntad.
Supongamos que una persona que está en este Trabajo, comienza
a tomar nota escrita, día tras día, de sus estados interiores negativos y de
los eventos que los provocan. Si hace su tarea con buen ánimo y con la
determinación interior de enfrentar, cueste lo que cueste, el resultado de sus
observaciones, no tardará en darse cuenta de su verdadera situación.
Constatará, por ejemplo, cuán fácilmente su felicidad puede
ser destruida en un instante por una sola palabra, por un solo gesto de
desaprobación, por una sola mirada despectiva o condenatoria.
Comprobará sobre la base de los hechos, que decide hacer una
cosa y termina haciendo otra. Que decide ir a un lugar y termina yendo a otro o
no yendo a ninguno. Verá que no es la persona libre y dueña de sí misma que
creía ser, sino que es un títere tirado de aquí y de allá por los hilos de las
circunstancias exteriores o por cosas existentes en él y de las cuales no tenía
la más mínima idea de que pudiesen existir.
Verá emocionalmente que no tiene el menor control sobre su
situación interna y que esta situación interna sobre la cual no tiene el menor
control es, precisamente, la que ha determinado el curso total de los
acontecimientos de su vida.
Si es capaz de aceptar esta nueva visión de sí mismo, esto
es, de su indefensión, de su impotencia para torcer el rumbo de su existencia y
dirigirlo hacia un bien mejor, si es capaz de aceptar que no es otra cosa más
que un esclavo de todo cuanto le rodea, no tendrá ya la menor duda acerca de lo
que tiene que hacer, esto es, ser libre de todo eso.
Sentirá entonces lo que en esta Enseñanza se denomina una
nueva emoción, una emoción inexpresable en palabras, una certeza de que, para
lograr ser libre de aquello que ha visto de sí mismo y que ya no quiere más
para sí, no podrá utilizar esa voluntad que solo tiene como significado ser el
primero, ser el mejor, el más admirado, el más exitoso o el más fuerte.
Ahora bien. Cuando un hombre experimenta esta nueva emoción
cierta fusión de pequeñas voluntades antes dispersas comienzan a formarse en
él. Esta fusión, esta condensación, es el comienzo de la Voluntad Real.
Esta naciente Buena Voluntad muestra al hombre una nueva
meta, una meta que no está relacionada con ¨ser visto por los hombres¨ sino que
está relacionada con una total certidumbre de que si no logra alcanzarla, no le
queda nada, excepto morir.
Al mismo tiempo, una paz nunca antes experimentada hace su
aparición en este hombre. Es la paz interior que se deriva de conocer por fin
el propósito de la existencia, de saber adónde va y como ir. Por eso se ha
dicho:
¨Paz en la Tierra a los hombres de Buena Voluntad¨
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