Una escuela de esta clase, transmite conocimiento para el posible desarrollo de una individualidad real en el hombre. Este conocimiento proviene de la experiencia de personas que no son como nosotros, sino personas que alcanzaron un cierto desarrollo de sus individualidades. Para decirlo de otro modo, si esta escuela se limitase a la transmisión de lo que nosotros sabemos no sería una escuela. Si esta es una escuela lo es no sólo por lo que nosotros conocemos y experimentamos, sino por lo que otros antes que nosotros conocieron y experimentaron.
Nuestro trabajo consiste en esforzarnos por comprender lo más que nos sea posible, el conocimiento y la experiencia que ellos adquirieron y hacerlo propio. En relación con esto, es preciso entender que hay otras escuelas que enseñan de manera diferente a como se enseña en esta. La escuela en la que estamos, no enseña desde el principio, nuevos movimientos, ni danzas sagradas o himnos sagrados; se limita simplemente a decir: “Cambia tu manera de tomar la vida y todo lo demás te vendrá por añadidura”.
La expresión por añadidura significa que si hacemos esto, nos vendrán otras cosas. Pero no podemos hablar sobre eso. Podemos y debemos hablar de lo que conocemos y experimentamos y del posible aumento de ese conocimiento y de esa experiencia, sobre la premisa de la práctica del conocimiento y experiencia de aquellos hombres que lograron una individualidad real. Debemos entender que nuestro tiempo es limitado, que nuestras vidas no son tan largas como para dedicarnos solamente a teorizar sobre lo que aún no conocemos ni podemos conocer, pero podemos tener la esperanza de que a través del cambio de nuestro actual estado podremos llegar a conocer lo que hoy no conocemos ni podemos conocer.
Cambiar nuestro actual estado quiere decir, darnos cuenta de que no tenemos conciencia de la calidad real del contenido de nuestra psicología. Si nos damos cuenta de eso, nuestra psicología querrá tener conciencia y voluntad y hará esfuerzos en esa dirección. He observado que hay mucha confusión respecto de la conciencia y la voluntad. Volverse consciente es darse cuenta de que uno actúa mecánicamente, de que no sabe lo que hace, ni porqué lo hace y que no puede evitar hacerlo. Tener voluntad no es simplemente hacer lo que se quiere; muy especialmente, es hacer lo que no se quiere. De forma supersticiosa, las personas creen que tener voluntad es renunciar a los placeres de la vida. No es así. Para tener voluntad a lo que hay que renunciar no es a los placeres, sino al sufrimiento artificial. Pero la mayoría de las personas están tan identificadas con sus diversas formas de sufrimiento artificial, que si se les dice que pueden librarse de ese sufrimiento, sentirían que lo que se pretende es destruir el significado de sus vidas.
Es extraño tener que señalar esto, pero es completamente absurdo seguir sufriendo cuando se puede dejar de sufrir. Es cierto que durante mucho tiempo uno no sabrá a cual sufrimiento artificial debe renunciar. No obstante, cuando le sea necesario renunciar a algunas de las variadas formas del sufrimiento inútil, uno lo sabrá sin el menor asomo de duda, porque es una revelación que jamás viene a manera de enigma. Mientras no se sepa a qué hay que renunciar, pensar acerca de eso es enteramente inútil, Puede tratarse de cierta clase de emoción negativa, de identificación, imaginación o consideración interna, pero cualquiera sea la cosa a la que habrá que renunciar, se renunciará porque se habrá comprendido que si sigue manteniéndose en uno, el propio desarrollo se detendrá. Entre otras cosas, esto es lo que se enseña en esta escuela. Si en una escuela no hay suficientes personas que posean un centro magnético bien orientado, no puede haber escuela. Poseer un centro magnético bien orientado significa entender la necesidad de trabajar sobre sí mismo para cambiar.
Para recibir hay que dar y para recibir más, hay que dar más. No crean que se trata de dar dinero. Se trata más bien de cierta actitud interna, de cierta valoración de lo que se ha recibido y de ciertos esfuerzos por hacer real lo que se ha recibido bajo la forma de conocimiento. Por otra parte, debemos entender que este camino no es un camino permanente como, por ejemplo, el camino religioso. Es un camino o sistema que aparece sólo cuando la sociedad humana se encamina hacia una posible disolución. Por hallarse en medio de los eventos mundiales, el Cuarto Camino se encuentra sujeto a toda clase de obstáculos externos a los debe sortear para poder proseguir. Una escuela del Cuarto Camino necesita gente que pueda entender esto, gente que sea apta para acomodarse a las cambiantes circunstancias actuales y que sepa mantener viviente en sí misma al Trabajo y sus ideas a pesar de esos cambios. Nunca pensamos que esta escuela viene de muy lejos en el tiempo. Cuando nos reunimos en algún lugar y conversamos, no pensamos que es el producto del trabajo de cuarenta años de ciertas personas y del trabajo de otras personas muchísimos años antes que ellas, y esto es algo que debe ser considerado. Por último, no podemos decir qué nos deparará el porvenir. Sin embargo, hay algo que sí sabemos y es que este sistema y su Trabajo deben continuar.
*No COPY/paste sin mencionar Fuente