En este Trabajo se dice que “El
hombre es una máquina”. Esta afirmación
es una analogía que no puede extenderse más allá de cierto límite pues realmente
el hombre no es una máquina como cualquier máquina que conocemos o que podemos llegar
a conocer.
Si fuese una máquina, en un
estricto sentido literal, el hombre no tendría ninguna posibilidad de un
posible desarrollo interior, espiritual o psicológico puesto que las máquinas
carecen enteramente de tal posibilidad.
Por eso se dice en este
sistema que “El hombre es una máquina, pero es una máquina muy especial porque
puede llegar a dejar de ser una máquina”.
Y aquí arribamos a un punto
importantísimo para una aproximación a una posible mejor comprensión de este
tema, la cual es, a saber, que si el hombre funciona como una máquina, esto es,
que piensa siempre de la misma manera, que siente siempre de la misma manera y que
actúa siempre de la misma manera es porque han implantado en su mente una máquina psicológica a través de una
educación basada en la sugestión y el autoritarismo, con puntos de vista sobre
sí mismo, sobre los demás, sobre el universo y la vida en general, sin la
participación ni de su conciencia ni de su voluntad.
Esto no es tan difícil de
entender si tomamos en cuenta el simple hecho de que nuestro actual contenido
intelectual, con el cual pensamos y por extensión sentimos y actuamos, no nació con nosotros, y esto significa
que fue implantado en nuestras mentes desde afuera
de nosotros mismos y, como se dice más arriba, desde las primeras etapas de
nuestras vidas cuando nuestras mentes estaban en estado de credulidad, es decir, sin una adecuada comprensión de nuestra parte
de cuánto había de real o de imaginario en todo aquello que nos fue enseñado
como verdad.
Ahora bien, esto no
significa que todo los que nos fue enseñado sea imaginario, seguramente hay
muchas cosas valiosas, pero cabe la posibilidad de que alguna parte de su
contenido pueda estar enteramente equivocado porque, si no fuese así, esto es,
que si todo lo que se nos enseñó en la vida fuese verdad, entonces nuestras
vidas transcurrirían en el bien pues la verdad, si es verdad, conduce
siempre hacia alguna forma de bien.
Si somos sinceros con
nosotros mismos debemos reconocer que no todo está bien en nuestras vidas y eso
puede deberse, tal vez, a que algo en nuestras mentes actúa de manera
imperceptible para nosotros mismos y hace que nos conduzcamos como máquinas aun
cuando no seamos realmente máquinas.
Por eso dijo Sócrates “Conócete
a ti mismo”, esto es, conoce la mecanicidad en ti mismo para librarte de ella y
dejar de ser una máquina.
Como dice el título de este
apunte, esto es algo para pensar.